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lunes, 17 de marzo de 2014

Pensión de Caballeros- Cap 7°- "Unos días después"

Cae el sol y Esteban, ya recuperado, toma mate con el Ruso en el patio de la pensión.
-Ni una noticia- dice Esteban, melancólico.
El Ruso le alcanza un mate.
-Ya te dije, ¡la buscamos por todos lados! ¡Ni Manuela sabe nada!
-Ese hijo de puta la tiene...
-Me dijo que me va a pasar la dirección, para que vayamos...
Esteban suspira, devolviendo el mate vacío.
-¿Sabes cuanto hace que no me sentía así? Desde que murió Teresa...¡Estoy hecho mierda,Ruso!¡Si sabía que esto iba a pasar, hubiera preferido morirme del ataque al corazón...!
-¡Che! ¡La boca se te haga a un lado! ¡No digas pavadas!
Esteban, cabizbajo y con los ojos húmedos, guarda silencio. Baja Emilio por la escalera y los saluda al pasar.
-Nos vemos...
-Chau - responden al unísono, viéndolo salir. El Ruso chupa el mate.
-Este, en algo raro anda...
-¿Por?
-Sale a esta hora y de día ni se lo ve. Es chorro, o vende falopa...Espero que no nos traiga problemas...
-Lo único que nos falta...
Suena el teléfono. El Ruso se levanta a atender.
-Dejá, voy yo.
Se aleja hacia la cocina. Esteban se ceba otro mate, pensativo. El Ruso vuelve enseguida, sonriendo.
-¡Era Manuela!¡ Ya tenemos la dirección del Country!

                                                               ...................................

  La camioneta del Ruso de detiene junto a la garita de entrada del country. Esteban, de acompañante, se inclina hacia la ventanilla del conductor para hablar con el guardia.
-Buen día. Venimos a ver a Paloma Villagra.
El guardia, sin salir de su garita y antes de pronunciar una palabra, chequea una planilla.
-La señora Villagra no puede recibir visitas. Tenemos órdenes del marido.
-¿Cómo es eso? - se indigna el Ruso.
-Padece un desequilibrio mental. No puede ver a nadie.
Esteban y el Ruso se miran.
-¡Eso no es cierto!- exclama Esteban- ¡Si nunca vi a una persona más sana!
-Si está acá, está certificado por un profesional - explica el guardia, golpeando la planilla con el dedo.
-¡El tipo la tiene presa!- dice el Ruso-¡Y, eso, es falso!
-No puedo hacer nada. Se van a tener que retirar.
-Pero, ¿no ve que está secuestrada?- insiste Esteban.
-Lo siento, muchachos. Retírense o llamo a la policía.
El Ruso se vuelve hacia Esteban, susurrando.
-Si este forro, no nos deja pasar ¡lo cago a trompadas!
Esteban lo detiene.
-¡No! ¡Las cosas se van a poner peor de lo que están!
-¿Y qué vamos a hacer?
-Nos vamos- acepta Esteban con amargura- A lo mejor, Manuela tiene mas suerte...
El Ruso putea. Pone marcha atrás y retroceden, dejando libre la entrada. Impotentes, se alejan del lugar. El guardia anota el número de patente del vehículo, levanta el teléfono y marca una línea interna.
                                       
                                                                   ................................

Irma, la empleada de César, atiende el teléfono. Paloma, que también lo escuchó, se asoma al living sin que la mujer se de cuenta de su presencia.
-¿Hola?
-Buen día, señora, le habla Guzmán, desde la entrada...
-Diga...
-Recién se hicieron presentes unos hombres que querían ver a la señora Villagra. Nosotros les impedimos el ingreso, como ordenó el marido.
-¡Hizo muy bien! ¡Nadie puede ver a la señora a menos que lo autorice el señor!
-Solo quería avisarle, para que usted supiera...
 -Se lo voy a comentar al señor César cuando llegue.¡ Muchas gracias!
-Que tenga un buen día.
Irma cuelga. Intuye algo y se vuelve con rapidéz. Creyó escuchar ruidos a su espalda. Atraviesa el living, se asoma al pasillo de entrada y no ve a nadie. Se convence que fue su imaginación y regresa a la cocina a seguir con sus tareas. Solo cuando se ha ido, Paloma aparece desde atrás de un sillón y huye a su cuarto. Cierra la puerta, temblando. Se deja caer en la cama y se pone a llorar, lamentándose una vez más, de la terrible equivocación que a cometido.


                                                       

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