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viernes, 28 de marzo de 2014

Pensión de Caballeros- 8° Cap - "Tu cálido abrazo"


Lucas, acompañado por una mujer policía, ve entrar a su mamá a la comisaría y corre a abrazarla.
-¡Mami!
Paloma lo estruja contra su pecho, llorando de felicidad.
-¡Mi chiquito! ¡Tesoro!
Los demás, se acercan y le manifiestan su cariño con besos y abrazos. Esteban le agradece a la uniformada, que le informa que deben firmar unas formas antes de retirarse. Lo invita a pasar a una oficina  y él le hace señas a Paloma, para que lo acompañe. Lucas se queda en brazos de Manuela y aprovechan para consentirlo.

En el interior del despacho, la oficial los hace sentar frente al escritorio. 
-Es un chico valiente- les comenta, mientras completa una planilla- Nos aportó datos valiosos para dar con su captor...
-¿Usted nos podría decir que pasó?- pregunta Esteban.
-Sí, como no -consulta un informe- Según Lucas, se lo llevó con engaños un tal Emilio, que vivía con él en una pensión ¿eso es correcto?
-Sí, es un pensionista mio. Yo soy el dueño del lugar, o bueno, lo era hasta anoche que se prendió fuego.
-Lamento oír eso, señor. Basados en la descripción que dio el chico, salimos a buscar a este sujeto y logramos encontrarlo muy cerca de acá, tirado en la calle. Alguien lo había ultimado de tres tiros en el pecho.
Se quedan en silencio, impactados por la noticia.
-¿Y se supo quién fue?
-Unos testigos, tomaron el número de chapa del vehículo desde dónde partieron los disparos. En este instante, unos patrulleros están yendo para el domicilio del sospechoso. Es en un country y, según el registro automotor, se trataría de un reconocido abogado...
Paloma da un respingo, horrorizada.
-Perdone, ¿usted lo conoce, señora?
Ella asiente.
-Es mi ex marido.
                                                              ..............................

Parados en la vereda, frente a la pensión, Esteban y Hugo contemplan la devastación que causó el incendio. Más allá, Paloma y Lucas juegan con un globo.
-Papá...Mira como quedó esto...- dice con tristeza.
Hugo le pone una mano sobre el hombro, brindándole apoyo.
-Hijo, nunca te lo conté, pero esta no es la primera vez que esta casa se viene abajo. Cuando yo era un chico, y esto era de otra familia, este lugar se quemó hasta los cimientos. Me acuerdo que, el abuelo, la compró casi regalada. Parecía imposible reconstruirla. Pero, con paciencia, de a poco y con mucho esfuerzo, la casa se recuperó. No tenes por que estar triste, si uno se empeña y le pone amor, nada se puede dar por perdido. Sinó, mírate a vos mismo.
Esteban no entiende. Hugo le sonríe, viéndolo a los ojos.
-Después de tanto dolor, formaste una nueva familia, y a mí, me diste el nieto que tanto quise...
Esteban asiente. Escucha las risas, de Paloma y Lucas, y se conmueve.
-Viejo, se que no te lo digo muy seguido, pero te quiero...
-Yo también, hijo, yo también...
Le pasa el brazo por sobre los hombros y lo aprieta contra sí, mirando los restos de la casa con otros ojos.


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