Levantando una polvareda, el auto de Esteban se detiene frente a la casa de campo. Se abre la puerta del frente y Amanda, ansiosa, aguarda a que desciendan sus ocupantes. Lucas, ya sin el yeso en su brazo, es el primero. Corre con agilidad y se abraza a la falda de Amanda. Luego, sonrientes, bajan Esteban y Paloma. El muestra intenciones de desempacar, pero ella lo detiene.
-Dejalo para después. Ahora, vení que te muestro nuestra casa.
Esteban toma la mano que Paloma le ofrece y, juntos, recorren el trecho que los separa de la entrada.
FIN
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