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lunes, 10 de marzo de 2014

Pensión de caballeros-7° Cap- "Sala de espera"

Luego de la partida de Esteban, el ambiente en la sala de espera es tenso. Manuela a preferido mantenerse a distancia, de Paloma y César, que se sacan chispas procurando no llamar la atención del guardia de seguridad.
-Vos estabas a cargo. Tendrías que haberlo cuidado... - le recrimina Paloma.
-¿Cómo iba a suponer que algo así le iba a pasar? ¡Fue un accidente!
-Entonces, ¿por qué no tuviste reparos en acusar a Esteban? ¡Si fue un accidente, no es culpa de nadie!
-¿Cómo podes defenderlo así? ¿Qué te picó?
-¡Esteban es una buena persona! ¡Y no puedo decir lo mismo de vos!
-¿Que estás insinuando? ¿Acaso me crees capaz de lastimar a mi propio hijo?
-¡No sé, no sé! ¡Estoy enojada y no pienso con claridad! ¡Cuando llegue a casa, no sé con qué cara lo voy a mirar a Esteban, después del escándalo que hiciste!
-¿No pensarás volver ahí? ¡Ni se te ocurra!
-¡Por supuesto que sí! ¡Lucas y yo somos felices viviendo ahí!
-¡Lucas se viene conmigo!
-¡Con vos no está seguro! ¡Nunca lo estuvo!
-¡Ah, y con ese tipo, sí!
-¡Ese "tipo", le dio más cariño del que vos le diste en toda tu vida!
-¿No será que, al cariño, te lo está dando él a vos?
Paloma se contiene de abofetearlo. La situación a llegado a un extremo peligroso. Prefiere apartarse y dejarlo solo. Se acerca a Manuela, que está nerviosa, sin saber como proceder.
-Palo, ¿queres que lo llame a Esteban para que vuelva? ¡Este loco se está poniendo difícil!
-¡Ni se te ocurra! ¡Se puede llegar a armar una, que terminamos todos en cana! ¡Yo lo manejo, no te preocupes! Eso sí, apenas aparezca Lucas, te lo llevas de la manito hasta el auto y nos vamos. ¿Entendiste?
Manuela asiente, y con un además de la cabeza, le indica que se vuelva, que el doctor ya está ahí. Paloma regresa junto a César, para escuchar al médico.
-Bueno, Lucas está bien - los tranquiliza el doctor- Se fisuró un hueso y hubo que enyesarle el brazo izquierdo. Tiene para algo más de un mes, luego hay que hacerle placas nuevamente.
Le alcanza un sobre con las radiografías a Paloma.
-Lo de la cabeza no es para preocuparse. Le dimos unos puntos porque tenía una herida en el cuero cabelludo, nada grave, por suerte. Cuando lo bañe, no tiene que mojarse la venda, así que la envuelve con cuidado con nylon. Una vez al día, hay que hacerle una limpieza con un antiséptico. Los puntos, cuando sane, se caen solos.
Una enfermera llega por detrás, acompañando a un sonriente Lucas y el médico se interrumpe.
-Ahí lo tienen.
Paloma se agacha a su lado, abrazándolo con cuidado.
-¡Chiquito!
-Es un nene valiente. Se aguantó la curación sin chistar y, además, aprovechamos para charlar un rato. Sobre todo, del estado en que quedó su bici.
-Má, ¿Esteban me la puede arreglar?
-No sé, amor. Ya le vamos a preguntar...
-Gracias, doctor- agradece César, estrechando su mano. Paloma hace lo propio, más aliviada. El médico saluda y se retira a seguir con sus actividades.
-Lucas, anda con Manu que yo tengo que hablar con papá...- le pide Paloma.
El nene camina hacia Manuela, que lo toma de la mano y se alejan por el pasillo. César advierte la maniobra y sonríe irónicamente.
-Ya veo...-dice.
-Prométeme, que vas a dejar en paz a Esteban...
-De ninguna manera. No se la va a llevar de arriba...
-Tené cuidado...Lo que vas a lograr, es que Lucas y yo, volvamos a desaparecer.
-Anda sabiendo que antes, te mato...
Paloma retrocede un paso. Al fin ha caído su máscara.
-Este sí, que es el verdadero César, el  que yo conocí...
-Si me buscas, tené por seguro, que me vas a encontrar...
Paloma le da la espalda y se aleja perturbada. Apura el paso para alcanzar a su hijo, y junto con Manuela, buscan la salida de la clínica.

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