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miércoles, 21 de mayo de 2014

"GA.LI.LEO" Detective privado - Final.

Como es habitual a esa hora, el bar del Gringo está desierto. Con excepción de Gabriela, que sentada en su lugar de costumbre, fuma un cigarrillo y observa el televisor sin interés, mientras el barman repasa unos vasos con un trapo sucio. Afuera llueve. La noche es fría y ventosa. Ambos se vuelven al escuchar la puerta que se abre. Entra Pablo, sacudiéndose el impermeable. Camina hacia la barra y se sienta junto a Gabriela.
-¡Qué noche perra! - se queja- ¡Gringo, una cerveza! ¡Y a Gaby, servile otro de lo que este tomando!
El Gringo asiente, tomando el pedido.
-Estás muy generoso hoy, ¿qué te anda pasando?- pregunta ella.
-Acabo de conseguir trabajo- le cuenta, sonriendo- Y estoy de buen humor.
-¡Bien, por vos! Espero que, esta vez, sea alguien honesto.
Pablo extrae, de su bolsillo, un sobre y lo tira sobre la barra.
-Mi nueva jefa, te manda esto.
Gabriela lo mira, sin decir palabra.
-Ahora que heredó la guita de los Bracamonte, era lo menos que podía hacer por vos- explica- Agárralo, sino, prometió que me iba a despedir.
Ella sonríe, guardándose el sobre.
-Dale las gracias.
-Seguro. Ahora, espero que esto compense lo pasado y dejes de estar resentida conmigo.
-Ya vamos a ver. Por ahora, es un punto a tu favor.
El barman se acerca con el pedido. Una cerveza y un vaso, para él, y un café para Gaby. Pablo tira un billete sobre la barra.
-Cóbrate, Gringo. Y déjate el vuelto, a ver si te compras un trapo limpio.
El Gringo masculla algo, entre dientes, llevándose el dinero.Suena el celular de Gaby. Atiende. Pablo inspecciona la limpieza del vaso, a contraluz, se sirve y bebe un trago.
-¿Hola?
-Tengo la ubicación del Sordo, por si aún te interesa- le comunica Tacho, del otro lado de la línea.
-Sí, decíme...
-¿Tenés para anotar?
-Aguántame...- le hace señas al Gringo, pidiéndole algo dónde escribir. Le alcanza una birome y un papel- Ahora sí, dale...
Gaby anota en silencio, luego se despide de él.
-Gracias, Tacho. Prometo que le voy a hacer una visita.
Corta, guardándose el celular y el papel en el bolsillo. Pablo la observa.
-¿Haciendo planes para más tarde?
-Ajá...
-Lástima...pensé que, tal vez, podríamos haber ido a festejar, ya que todo terminó como debía...
Gaby sonríe.
-No me parece buena idea- rehúsa- Quizás la próxima vez...
Pablo apura el último trago, observándola.
-Sí, quizás la próxima.
Se pone de pie y se despide.
-Nos vemos, Gaby.
Ella lo sigue, con la mirada, hasta que abandona el bar. Luego, vacía un sobre de azúcar en su café y lo revuelve, pensativa.

Afuera, Pablo corre hacia su auto, protegiéndose de la lluvia. Sube, enciende el motor, las luces y arranca. La calle está desolada, solo el auto de Gaby resiste el azote de la tormenta. A través del escaparate, en el interior del bar, se bebe su café mientras el Gringo deja, por un momento, de limpiar los vasos y cambia de canal el televisor, buscando los resultados de la quiniela.

                                                                                                          FIN


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