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lunes, 24 de febrero de 2014

Pensión de Caballeros - 6° Cap (Cont.) " Un café con Hugo"

Esteban entra al bar de Hugo con un diario bajo el brazo. Su padre lo ve, desde atrás de la barra, y con los brazos en jarra, bromea con él.
-¡Bueno! ¡Ya era hora!
Esteban sonríe, captando de inmediato a que se refiere.
-Viejo, te tengo olvidado...
-¿Te parece? ¡No nos vemos desde mi cumpleaños! ¡Casi que ya estoy por cumplir de nuevo!
-¡No exageres! - se ríe Esteban- ¡Me vas a hacer sentir mal en serio!
Hugo rodea el mostrador y le da un abrazo afectuoso, riéndose.
-¡Es broma, hijo! ¿Qué andas haciendo a esta hora? - nota el diario bajo la axila - ¿Saliste a buscar empleo?
-No, nada de eso. Me tomé la mañana, me hacía falta salir un poco...
-¿Te tomas un café?
- Dale. En jarrita, como siempre...
-Sentate, nomás, que ya te lo llevo.
Esteban camina hacia su mesa habitual, saluda a un par de clientes y se acomoda. Abre el diario, recuerda que se olvidó los anteojos, y lee solo los titulares. Se entretiene con la sección de deportes, hasta que Hugo llega con la bandeja y baja dos cafés, azúcar, medialunas y un par de vasitos de soda.
-Gracias, papá, pero yo no voy a comer nada.
-Hijo, estás cada día más flaco. Comete una, aunque sea...
-Bueno, pero con una ya me alcanza y me sobra...
Hugo se sienta frente a él. Esteban dobla y aparta el diario.
-¿Qué tal la pensión?
-Bien. Ya somos como una familia...
-Entonces, estás jodido. Nada peor que renegar con los parientes...
-Cada vez, se parece más a un conventillo...
-¡Je! ¡Al menos no te aburrís! ¡Me voy a ir a vivir allá en cualquier momento!
-Cuando quieras, te hacemos lugar...
Ambos echan el azúcar y revuelven el café con parsimonia.
-Pero a vos, te anda pasando algo ¿no?
Esteban no responde de inmediato, tomando un sorbo del pocillo.
-¿Por qué lo decís?
-Estás raro, no sé.
-Y, algo hay.
-¡Y dale! ¡Contáme!
-Es que no sé cómo empezar, ¿sabés? Ya estoy grande para algunas cosas...
Hugo no lo interrumpe, aguarda a que encuentre las palabras para expresarse.
-Viejo, no te rías, pero creo que me estoy enamorando.

                                                                  ...........................

-Pensar que yo, creía que nunca más me podía llegar a pasar- dice Esteban, luego de contarle a Hugo lo que le está sucediendo.
-¿Y qué le ves de malo? Lo decís como si fuera una maldición...
-Es que siento que, a Teresa, le estoy fallando...
-¿De qué estás hablando? ¡Yo también la quería! ¡Y sé que era mujer excepcional! Pero, no te voy a permitir que, porque ella haya muerto, vos no vuelvas a disfrutar de la vida. ¿Acaso no sufriste ya demasiado? ¿Acaso no sufrí yo lo suficiente con tu dolor? ¡Abrí los ojos, Esteban!¡ Aprovecha la vida, que la muerte es inevitable!
-Puede ser...Hay veces en que pienso que uso a Teresa como excusa y que, en realidad, soy un cobarde...
-No seas tan duro con vos mismo, yo solo te digo que no dejes escapar la oportunidad...Si ella te demuestra interés, va a llegar el momento en que va a ser inevitable sentarse a hablar. Ahí, es cuando, no tenés que flaquear.
-Gracias, viejo. Por los consejos, y por escucharme.
-Teban, vos sos lo más importante que tengo. Te quiero con toda mi alma y solo te deseo lo mejor.
Se ponen de pie, se abrazan con fuerza. Se separan emocionados, sonriendo.
-¡Bueno, ya basta de cariño que después, en el barrio, hablan!
-¡Seguro! ¡Como si fueran todos machos!
- ¡Je! ¡Al menos, eso se creen!
-¿Te pasó a vos alguna vez?
-¿Qué cosa? ¿Que pusieran en duda mi...?
-¡No! Sentir algo por alguien, que no sea mamá.
-No, hijo. No me pasó. Pero me hubiera gustado, ¿sabes? La vida está hecha para andarla de a dos...
-Todavía estás a tiempo...
-¡No, ya está! ¡Estoy viejo y mañoso! Ya pasó mi momento, pero vos, dale para adelante que todo va a salir bien...
-Me voy a animar, te lo prometo.
-¿Otro café?
-Bueno, total, para ir a laburar ya es tarde...
-¡Seguro, quedate un rato con tu viejo, qué tanto trabajar! Aguantáme, que ya vuelvo.
Esteban se vuelve a sentar. Agarra el diario, se acuerda que no trajo los anteojos y lo vuelve a dejar. Se queda mirando el movimiento que hay en la calle, esperando que Hugo, regrese a la mesa.

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