Translate

martes, 28 de enero de 2014

Pensión de Caballeros - 5° Cap. Continuación - Preparando la fiesta de cumpleaños de Hugo.

 Paloma, en la cocina, saca un bizcochuelo del horno y lo desmolda sobre una tabla. Inspecciona que haya salido parejo. Conforme, lo lleva a la mesa del patio para que se enfríe, ante las miradas atentas de Cosme y Fidel, sentados en la escalera. Los saluda con un ademán de la cabeza y vuelve a la cocina. Ahí vierte, otra vez, mezcla en el mismo molde y lo mete en el horno. Controla la hora. Se asoma al patio. Cosme anda rondando.
-¡Chist! - llama su atención.
Cosme la mira con cara de inocente.
-¡Ojito! ¿Eh?- le advierte, con el dedo indice de la mano levantado.
Cosme, viendo sus intenciones frustradas, vuelve a sentarse en la escalera, junto a Fidel. Paloma regresa a la cocina y se dedica a preparar la cobertura para las tortas.

                                                                 .....................................
A la tardecita, llegan los amigos de Hugo; Tono, Manuel y Vinchuca; cargados de bolsas y alborotando la pensión.
-¡Teban!- saluda Vinchuca, sonriendo.
-¡Chuca!- responde Esteban, abrazándolo.
-¡Qué haces, pibe!- mira en torno- Che, ¡qué lindo que te quedó esto! ¡Pensar que se venía abajo!
-Y, laburamos bastante...
Se acerca Tono, que viene detrás, a saludarlo.
-¡Hola, Esteban! ¿La cocina?
-Por allá, Tono. Acomodá lo que puedas en la heladera.
Manuel, cargado de bolsas de supermercado, viene quejándose.
-¡Apuren! ¡Vamos, que esto, pesa una tonelada! ¡Ni siquiera sé si ese viejo lo vale!
Se ríen. Saluda a Esteban con un beso en la mejilla.
-Pasá, Manuel. La cocina está por allá...
-¡Vinchuca! ¡Ayudame con esto! - le pasa unas bolsas.
-¡Pará de quejarte, Manuel! ¿Para qué viniste? ¡Dame eso y andá hasta el auto, que me quedó el carbón adentro!
Refunfuñando, Manuel obedece y sale a la calle. Tono, que  vuelve de la cocina, se lleva las bolsas que sostiene Vinchuca.
-¡Traje unas costillas, que son para chuparse los huesos! - dice, exaltado.
Cosme y el Ruso salen de sus habitaciones, alertados por el escándalo, y observan desde arriba.
Regresa Manuel, desde la calle, ceñudo.
-¡Vinchuca!- grita, desde la puerta- ¿Y las llaves? ¡Está cerrado!
Vinchuca las busca en sus bolsillos y se las arroja. Manuel intenta atraparlas, falla y putea cuando tiene que agacharse a buscarlas. Gira hacia la salida, pero antes de que salga, Tono , que vuelve de la cocina, lo llama.
-¡Manuel! ¿Dónde vas?
-¿Cómo que dónde voy? ¡A buscar el carbón, voy!
-¡Traeme la bolsa de pan, que me la olvidé en el asiento trasero!- le pide Tono.
-¿Por qué no se dejan de joder? ¡Me agarran para los mandados, carajo!- despotrica Manuel, yéndose.
-¡Y metéle! - el grita Vinchuca- ¡Que nos alcanza la parca!
Se rien a costa de Manuel, que se va puteando.
-¿Vamos limpiando la parrilla? - sugiere Tono.
-¡Vamos, entonces después, armamos una picada! - propone Vinchuca.
Ambos siguen a Esteban, que los guía hacia el patio trasero.
Cosme y el Ruso, agradecen el silencio, apoyados en la baranda del segundo piso.
-¡Que viejitos ruidosos! ¿No? - dice el Ruso.
-¡Son peor que los pendejos, estos!- sentencia Cosme, haciendo bailar el palillo en su boca.
Manuel retorna de la calle. En una mano trae una bolsa de carbón y en la otra el pan. Se detiene en el centro del patio, desconcertado. Ve a Cosme y al Ruso.
-¡Hola, muchachos! ¿Vieron para dónde se fueron?
-Por allá, jefe- indica el Ruso.
Manuel agradece y también se pierde, en el patio trasero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario